27 mayo 2007

Biodiversidad: fuente de dependencia

LA UICN advierte que para 1991, Venezuela había perdido 32% de sus espacios naturales al Norte del Orinoco por los desarrollos hidráulicos, la minería, la actividad agrícola, urbanismo y las quemas de vegetación. “La minería ilegal es la causante del deterioro de ecosistemas tan frágiles como la Amazonia y parte de Guayana, donde se ubican los mayores reservorios de Diversidad Biológica en el país”
En cada kilómetro cuadrado de la superficie de Venezuela estalla una inmensa riqueza biológica de la cual depende nuestra supervivencia en el planeta. ¿Estamos conscientes de ello? Los indicadores sobre la pérdida de biodiversidad en el país señalan que nos falta una mayor formación de esa conciencia ambiental.

En sus 916 mil kilómetros cuadrados, Venezuela alberga toda una riqueza biológica aún por conocer que la ubica entre los diez primeros países con mayor diversidad biológica del planeta y el sexto en el continente americano. La Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) señala que los estudios realizados por el científico Otto Huber sobre especies vegetales superiores, hábitat y ecosistemas conocidos hasta la fecha, indica que en el país están presentes 650 tipos de vegetación con unas 15.000 especies de plantas superiores, desarrolladas en ocho grandes formaciones vegetales, estimándose un total de 116.790 animales distribuidos a lo largo de la geografía nacional. Sin embargo, en la Lista Roja de la UICN, Venezuela aparece con 2297 especies amenazadas de las cuales 30 están en peligro crítico, 52 en peligro y 151 son vulnerables.
“Comparando la anterior versión de la Lista Roja 2004 a la actual de 2006, en todos los casos el número de especies por grupo taxonómico ha aumentado o se ha mantenido igual. En total, 14 nuevas especies han sido incluidas o subidas a las categorías de amenaza en la Lista Roja del 2006”. La UICN reúne a 83 Estados, 110 agencias gubernamentales, más de 800 ONG y cerca de 10.000 especialistas y expertos de 181 países constituyéndose en la red de conocimiento ambiental más grande del mundo.

ENTENDIENDO EL CONCEPTOLa diversidad biológica o biodiversidad es toda la riqueza de formas de vida que se encuentra en el planeta, señala Alejandro Luy biólogo de la Universidad Central de Venezuela y gerente de la fundación ambientalista venezolana Tierra Viva. Sin embargo, este término, explica, es utilizado para describir, no sólo el número de organismos vivientes, sino también las diferencias dentro de una misma especie y las interacciones entre los seres vivos que dan origen a los ecosistemas. De tal forma, añade Luy, que la diversidad biológica considera tres niveles: la diversidad genética en la cual los genes son unidades que determinan aspectos de cada especie y la diferencia entre individuos de una misma especie; la diversidad de especies que es el número total de especies que existen en una región y la misma permite comparar la riqueza de vida entre distintas regiones o países; y la diversidad de ecosistemas que comprende las especies que conforman un ecosistema o ambiente particular junto a las interacciones que se establecen entre ellas.

RIQUEZA EN DATOS
Los estudios de Huber, publicados en 1997 y reseñados por la UICN, identifican 10 bioregiones en Venezuela basadas en la flora, altitud, temperatura, precipitación anual, ambiente continental o ambiente marino y costero. Estas diez bioregiones son: marina, costera continental, insular, depresión del lago de Maracaibo, sistema de colinas Lara – Falcón, cordillera de la costa (costa Central y la cordillera de la costa Oriental, cordillera de los Andes (sierra de Perijá y cordillera de Mérida), los llanos, planicie deltaica del río Orinoco y la costa cenagosa del río San Juan y bioregión Guayana (con las subregiones sistema de colinas piemontano del Escudo Guayanés, la penillanura de los ríos Caura y Paragua, la penillanura del Casiquiare-Alto Orinoco y las montañas del Macizo Guayanés).
Venezuela tiene un extenso y complejo sistema de áreas de régimen especial de administración que cubre cerca del 60% de su territorio, de las cuales sobresale un sistema de parques nacionales cuyo desarrollo fue pionero en la región y tiene el Sitio de Patrimonio Mundial Parque Nacional Canaima. En total, según el informe de la UICN, el 60.78% del territorio continental venezolano se encuentra dentro de alguna área protegida.

FORMANDO CONCIENCIA
Para la bióloga Viviana Salas, presidenta de la organización ambientalista venezolana Bioparques, la población aun no ha tomado conciencia de la importancia de los recursos naturales, “la diversidad biológica es la fuente de los bienes de los que depende la vida humana, es esencial para el desarrollo de las sociedades, la erradicación de la pobreza y para mantener la calidad de vida de las comunidades. Asimismo, es indispensable para garantizar a la población mundial la seguridad alimentaria, el abastecimiento de agua y juega un papel fundamental en la mitigación del cambio climático”.
Precisamente, para formar esa conciencia ambiental no sólo en Venezuela sino en todo el planeta, la UICN aclara que diferentes organizaciones gubernamentales y ONGs venezolanas adelantan acciones dirigidas a lograr los Objetivos 2010 establecidos en el Convenio sobre Diversidad Biológica, el primer acuerdo mundial para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad firmado en el marco de la Cumbre de la Tierra (Río de Janeiro, 1992). Este instrumento, señala la UICN, busca la implementación de una manera más efectiva y coherente de los tres objetivos del Convenio, para lograr al año 2010 una reducción significativa de la tasa actual de pérdida de biodiversidad a nivel global, regional y nacional como una forma de contribuir al alivio de la pobreza y beneficiar toda forma de vida sobre la tierra.
De tal forma que en Venezuela se han realizado acciones tales como: la planificación nacional del desarrollo, el proyecto de Ley de Diversidad Biológica, la Estrategia Nacional para la Conservación y Uso de la Diversidad Biológica; así como iniciativas del sector privado, tales como la publicación de los libros rojos de flora y fauna venezolana y planes de acción para algunas especies amenazadas tales como tortugas marinas, tortuga arrau, caimán del Orinoco, caimán de la costa, flamenco, cóndor y cotorra cabeza amarilla.
En tal sentido, la UICN reconoce que los inventarios de fauna y flora en áreas estratégicas para la conservación y los libros rojos de especies amenazadas que publican Provita, Fundación Polar, Fundación Instituto Botánico de Venezuela “Dr. Tobías Lasser” y Conservación Internacional son indicadores utilizados para determinar el grado de afectación en la tasa de pérdida de biodiversidad.

AMENAZAS
La UICN señala que las causas que generan esta pérdida de biodiversidad radican “tanto en la falta de articulación de estrategias de desarrollo social con la conservación de los servicios ambientales que provee la biodiversidad, como con los efectos que el propio ser humano genera en el ecosistema global”. Refiriéndose a Venezuela, especifica que la destrucción de hábitat es la principal causa de extinción de especies, producto de la deforestación, la contaminación, la sobreexplotación de recursos, la expansión de la frontera agrícola, la extensión del urbanismo, la minería y el turismo; factores que condicionan la pérdida de hábitat, el fraccionamiento de éstos y su destrucción.
“Para 1991, Venezuela había perdido 32% de sus espacios naturales al Norte del Orinoco por los desarrollos hidráulicos, la minería, la actividad agrícola, urbanismo y las quemas de vegetación. La minería de oro y diamantes aluviales, sobre toda la ilegal, es la causante del deterioro de ecosistemas tan frágiles como la Amazonia y parte de Guayana, donde se ubican los mayores reservorios de Diversidad Biológica en el país. La agricultura y la ganadería son las causantes de la mayor superficie talada que tiene el país”.

ACCIONES PROPIAS
El Estado venezolano definió 15 líneas estratégicas para la conservación de la biodiversidad, las cuales abarcan los siguiente temas: el conocimiento, la valoración y la divulgación sobre la diversidad biológica; la promoción de la conservación in situ y ex situ; la participación de la sociedad en la gestión de la diversidad biológica; la incorporación del conocimiento de la diversidad biológica en los procesos educativos formales e informales y la capacitación de los recursos humanos; la prevención y mitigación de los impactos de las actividades humanas sobre la diversidad biológica; la promoción y el aprovechamiento sustentable; el fortalecimiento de la cooperación internacional, regional y subregional; entre otras.
En el primer informe enviado al Convenio de Diversidad Biológica, Venezuela reconoce la necesidad de iniciar acciones prioritarias tendentes a: inventariar las colecciones biológicas con material venezolano; promover la creación de redes de información; fortalecimiento de instituciones, como museos y herbarios, que faciliten el acceso a la información existente en el país; inventario de áreas degradadas; establecer programas para la utilización de la Diversidad Biológica como atractivo turístico, farmacológico, productos naturales y agrobiodiversidad; recuperación de áreas degradadas y valoración económica de la biodiversidad.
Sin embargo, la UICN alerta sobre la importancia no sólo del apoyo de cada organización sino del rol que cada individuo ejerza para lograr reducir la pérdida de biodiversidad, “evitando la presión sobre nuestros recursos naturales, reduciendo los efectos sobre el cambio climático y, en definitiva, manteniendo una actitud más responsable con nuestro ecosistema global. Recordemos que ahí radica la clave de nuestra supervivencia como especie y la que podamos brindar al resto de nuestro planeta”.

Indígenas y pobres: los más afectados
En su último informe, la UICN advierte que por efectos del cambio climático “la mitad de las especies ha alterado su comportamiento o se ha desplazado de su lugar original. Un cuarto de los corales de las aguas de todo el mundo ha desaparecido como resultado del calentamiento de los océanos”. Una situación que de acuerdo con el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, afectará con mayor énfasis en la población más pobre. “Las comunidades indígenas, que conviven directamente con la biodiversidad verán reducir cada vez más sus ecosistemas naturales. La pesca y el turismo disminuirán debido a que la pérdida de especies implica también una disminución en el abastecimiento de la oferta ambiental para este tipo de actividades económicas”.

Cifras (Fuente: UICN)
4.097 especies
327 mamíferos
1.348 aves
292 reptiles
275 anfibios
1.065 peces de agua dulce
790 peces marinos.
110.692 artrópodos 344 anélidos
297 nemátodos
93 poríferas
155 protozoarios.
237 Áreas Protegidas

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