16 abril 2006
Villa Apoipó: la posada ecológica de la Gran Sabana
En estos días de asueto bien vale la pena conocer y dejarse atender por una familia guayanesa –con una clara vocación ambiental-, que apuesta por un turismo sostenible en esta región
“Te toqué y viniste”. De alguna forma, la traducción de la expresión indígena apoipó -en lengua pemón-, describe la calidez humana que se vive en la posada turística atendida por Maria Eugenia y César, quienes confabulan para que sus huéspedes regresen a este refugio familiar cada vez que visitan la Gran Sabana.
Villa Apoipó, una posada que nació hace ocho años y que ahora emprende el camino de convertirse en posada ecológica, fue la encargada de atender las comidas de los 320 participantes del I Congreso Internacional de Biodiversidad del Escudo Guayanés que se llevó a cabo en Santa Elena de Uairén. En estos días de asueto bien vale la pena conocer y dejarse atender por una familia guayanesa –con una clara vocación ambiental-, que apuesta por un turismo sostenible en esta región.
VOCACION AMBIENTAL
Maria Eugenia Díaz nunca se imaginó que el destino le tenía reservado el regreso a la tierra que durante su infancia le permitió vivir en contacto pleno con uno de los ecosistemas más antiguos del planeta. Aún recuerda con nostalgia aquellos días de su infancia cuando pasaba semanas enteras cabalgando y recorriendo todos los rincones del poblado fronterizo de Santa Elena de Uairén y de la Gran Sabana. Su padre se había asentado allí, venido de Ciudad Bolívar. Experiencias que marcaron una vocación ambiental que María Eugenia cristalizó al emprender la carrera de ingeniería agrónoma en la Universidad Central de Venezuela (UCV) con apenas 16 años de edad. Al graduarse, ingresa al Ministerio de Ambiente y los Recursos Naturales (Marn) siendo una de las profesionales pioneras del recién creado organismo gubernamental. Es ahí donde conoce a su actual esposo e ingeniero agrónomo también, César Franchesci. Sobre los 14 años dedicados al ministerio, María Eugenia expresa que fueron años de trabajo arduo, porque se requería el inventario de todos los recursos ambientales del país, labor que le permitió recorrer buena parte del territorio venezolano. Sin embargo, esta aguerrida mujer guayanesa comenzó a decepcionarse de un ministerio que a su juicio “empezó a legalizar la destrucción del ambiente”, permitiendo la violación constante de las normativas ambientales. Recuerda que llegó a rechazar 30 estudios de impacto ambiental de los 37 que tenía que evaluar, muchos de ellos correspondientes a “empresas altamente contaminantes de Puerto Ordaz”. Una protesta que culminó con su salida del ministerio dejando su cargo como jefa de División de Investigación e Información Ambiental de la Región Bolívar.
No obstante, el destino ya estaba haciendo de las suyas para que María Eugenia, en compañía de su esposo y sus hijos Ángelo, estudiante del octavo semestre de Ingeniería Geológica en la UDO y Paola, cursante del segundo semestre de Comunicación Social en la UCAB-Guayana; iniciara en los años 90 el traslado para una de las regiones con mayor atractivo turístico de Venezuela. Una llamada del entonces alcalde de Santa Elena de Uairén, Carlos Julio Macero para coordinar el departamento de Ingeniería Municipal, terminó por atraer a Maria Eugenia y a su familia a la tierra del “Kapepiakupé, el lago donde se formó el mundo”.
EL EMPUJE DE CESAR
Durante un viaje a la ciudad de Trento en Italia, César Franchesci quedó fascinado con el diseño arquitectónico de la posada donde estaba hospedado. Este “empuje de César”, como lo sugiere María Eugenia, comenzó a darle forma a una sencilla, pero acogedora construcción en forma de L, con pasillos llenos de plantas, rodeada de los bosques de la zona protectora del río Uairén, que en estos últimos años ha ido creciendo y consolidándose en lo que hoy es Villa Apoipó. Un total de 17 habitaciones, bautizadas cada una con los nombres de las aves más populares del país, brindan al turista un espacio acogedor, limpio y fresco para el descanso, luego de un agitado día de paseo por las inmensas sabanas y enigmáticos tepuyes. Además, cuentan con un personal -tan trabajador como animado-, integrado por Eglé, César, Amado, Telma y Griselda dispuesto a dedicarle las mejores sonrisas y atenciones para que su estadía en Villa Apoipó tenga ese calor de hogar. Ni que hablar de las ricas pizzas que prepara César, la feijoada de Griselda, o los ricos platos a base de carnes que elabora María Eugenia, las panquecas con miel de El Paují, las arepitas dulces rellenas con queso guayanés, en fin una suculenta comida casera hecha con amor, como todo lo que hacen en esta posada dispuesta a seguir creciendo y ofrecerle mejores servicios a sus visitantes. Es por ello que ya están trabajando para convertir a Villa Apoipó en la posada ecológica de la Gran Sabana según los criterios establecidos para alcanzar el turismo sostenible o ecoturismo. María Eugenia está convencida que en un sitio de alta fragilidad como la Gran Sabana, se hace necesaria la adecuación de las posadas y hoteles a este nuevo concepto que según la Organización Mundial de Turismo (OMT) debe cumplir con el aprovechamiento racional de los recursos ambientales, manteniendo los procesos ecológicos esenciales y ayudando a conservar los recursos naturales y la diversidad biológica. Una labor que vienen realizando con la reforestación del bosque de la zona protectora del río Uairén y el control de incendios que en esta época amenaza la fragilidad de un recurso natural admirado por los tantos turistas que se hospedan en Villa Apoipó.
Posaderos conocerán sobre mejores prácticas de turismo sostenible
Villa Apoipó conjuntamente con las posadas de las comunidades indígenas asentadas a lo largo de la troncal 10, integrarán el grupo de participantes del taller “Mejores prácticas de turismo sostenible para posaderos”, que será dictado este año por la Fundación para el Desarrollo Ecoturístico, Fudecotur, una organización no gubernamental (ONG) dedicada al fomento del desarrollo integral del turismo sostenible en Guayana. Marianella Bermúdez, presidenta de la mencionada fundación dijo que para este taller se tiene previsto invitar a la experta en turismo sostenible y catedrática de la Universidad de Costa Rica, Ana Báez. Bermúdez explicó que sólo están a la espera de la aprobación de los recursos por parte del Fondo de Turismo Bolívar.
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