12 septiembre 2006

Los Hotï: prácticas y creencias que incrementan la biodiversidad

La investigación galardonada con el Premio al Mejor Trabajo Científico en Ciencias Sociales, en el año 2004 evidenció que las conductas ecológicas de esta población indígena propia del Escudo Guayanés no redundan en efectos ambientales perjudiciales y que generan incrementos en la biodiversidad regional

Sus pasos han recorrido buena parte de las altas mesetas rocosas y de los farallones que abundan en los 7 mil kilómetros cuadrados que conforman la Sierra Maigualida, formación montañosa que divide los Estados Amazonas y Bolívar. El largo trayecto recorrido por el pueblo indígena de los Hotï es poco conocido, sólo a finales de la década de los años sesenta comenzaron los primeros contactos con el llamado mundo occidental; no obstante, esta comunidad ancestral ha demostrado a lo largo de su historia -aún por descubrir- que sus prácticas y creencias han establecido una nueva ética ambiental vital para el mantenimiento del ecosistema. Así lo afirma la investigación llevada a cabo por los esposos Egleé y Stanford Zent científicos del departamento de Antropología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, (IVIC), cuyo objetivo fue conocer los impactos ambientales generadores de biodiversidad según las conductas ecológicas de los Hotï de la Sierra Maigualida. Esta investigación fue galardonada con el Premio al Mejor Trabajo Científico, Mención Ciencias Sociales, otorgado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología en el año 2004.

CONDUCTAS QUE ALTERAN EL ECOSISTEMA
La investigación se llevó a cabo desde mayo de 1996 a octubre de 1999, tiempo durante el cual los investigadores enfocaron su trabajo en las áreas de la etnobotánica y la ecología del comportamiento entre los Hotï, para lo cual seleccionaron cuatro comunidades: Caño Mosquito; Caño Majagua; Caño Iguana y San José de Kayamá. Entre los métodos usados en la investigación, el documento menciona: “colección de formas lingüísticas y análisis fonémico del Hotï, estudios florísticos y análisis de vegetación, colecciones generales de especimenes botánicos, entrevistas etnobotánicas estructuradas, entrevistas formales e informales, estudios de repartimiento de tiempo, observación y seguimiento cuantitativo de individuos realizando actividades de subsistencia, registros de los recursos alimenticios cosechados, además de observación participativa de un diverso rango de actividades e interacciones de conversación cotidiana y registro de datos meteorológicos”.
El estudio describe cinco conductas alteradoras del ecosistema: cosecha y dispersión de frutos arbóreos, explotación y manipulación de palmas, manejo de gusanos de seje, cultivo de claros naturales y extracción de miel. “El análisis de estas alteraciones, y en virtud de los largos períodos de ocupación que los Hotï han ocupado esta región, permite inferir que sus conductas han tenido un impacto considerable en la composición, diversidad y estructura de los bosques de Maigualida. Tales conclusiones tienen implicaciones en los planes de conservación biológica al mostrar que las actividades de subsistencia de los indígenas forrajeros contribuyen a la creación y mantenimiento dinámico de la diversidad en los ecosistemas amazónicos”.
Los investigadores Zent describen a los Hotï como “forrajeros, practicantes de recolección, caza, pesca, y en menor grado agricultura incipiente, están poco culturados”. Explican que tanto su afiliación lingüística como la historia cultural Hotï han sido materias de debate debido a la carencia de datos precisos porlo que su lengua ha sido clasificada como aislada. En cuanto a su población, destacan el franco crecimiento que ha experimentado los Hotï en las dos últimas décadas: “El primer Censo Indígena de Venezuela registró 398 Hotï (OCEI, 1985) y el censo subsecuente 643 Hotï distribuidos en alrededor de 25 comunidades (OCEI, 1993). Nuestros datos censales al inicio del trabajo de campo en 1996-97 cuentan 750 Hotï, número que se elevó a 826 en febrero 99”.

ALTERACIONES INTERMEDIAS
La investigación que duró 22 meses evidenció que “las prácticas de conuco Hotï y la explotación intermitente de territorios de caza y recolección junto con cambios intergeneracionales de asentamientos son ejemplos de alteraciones intermedias”. Señala que dichas alteraciones “son de baja intensidad pues son localizadas, reversibles y no demandan grandes inversiones energéticas al iniciar el proceso de recuperación ambiental. La conducta de alteración Hotï es consistente con el mejoramiento y mantenimiento de niveles de biodiversidad y por tanto debe incorporarse en planes de desarrollo para explicar y mantener la rica biota tropical (Goldammer, 1992; Balée, 1998), tanto más cuando se han reportado índices de endemismo más altos en bosques sometidos a niveles intermedios de alteración humana (Kessler, 2000) los cuales pueden jugar un papel importante en la conservación de la biodiversidad”.
De tal forma que los Zent consideran a esta población y otros indígenas amazónicos “valiosos componentes de la dinámica, estructura y función del ecosistema como se conoce hoy;…desde nuestra perspectiva los indígenas son agentes de alteración ecológica volitivos y conscientes cuya intención es cambiar el ambiente a través de procesos de manipulación biológicos y culturales para satisfacer necesidades de producción de recursos. Enfatizamos la neutralidad subjetiva de los resultados: la conducta de alteración humana no necesariamente genera degradación ambiental o extinción de las especies, pero tampoco sugiere que el incremento potencial de la biodiversidad mejorará las condiciones de la biosfera (Baleé, 1998)”.
Para los Zent sería “falso” acusar a los indígenas amazónicos “de haber producido la degradación a gran escala de su hábitat o la erosión de su inmensa riqueza biológica. Obviamente, los indígenas poseen un íntimo conocimiento de su entorno biológico, son expertos manipuladores de procesos y relaciones ecológicos y tienden a adoptar prácticas de manejo de recursos sostenibles”. A la vista de sus resultados, la investigación de los Zent muestra “que grupos como los Hotï prestan servicios que emulan los procesos naturales y contribuyen a incrementar la biodiversidad. Sus creencias y prácticas etnoecológicas ofrecen modelos para una nueva ética ambiental, sus conductas de subsistencia aparecen vitales para el mantenimiento del ecosistema y la gente misma constituye un recurso humano estratégico para implementar iniciativas de desarrollo”.

Agentes ecológicos creativos
Egleé y Stanford Zent aclaran que “la representación del Amazonas como un hábitat antropogénico es todavía una idea muy controversial, en especial por la insuficiencia de estudios de campo e históricos sobre las consecuencias de las interacciones hombre-ambiente”; de tal forma que a su juicio, la investigación desarrollada “proporciona aportes empíricos a la hipótesis de trabajo de que grupos humanos con orientaciones de subsistencia tradicionales actúan como agentes ecológicos creativos modificando y configurando dinámicamente los ecosistemas”. En tal sentido, en la investigación “se describen prácticas ecológicas de los indígenas Hotï de la Sierra Maigualida del Amazonas venezolano, que no redundan en efectos ambientales perjudiciales y que generan incrementos en la biodiversidad regional, constituyendo aportes vitales para su mantenimiento dinámico”.

Fuente: ZENT, Egleé L y ZENT, Stanford. Impactos ambientales generadores de biodiversidad: Conductas ecológicas de los Hotï de la sierra maigualida, Amazonas venezolano. INCI. [online]. ene. 2002, vol.27, no.1 [citado 15 Julio 2006], p.9-20. Disponible en la World Wide Web: http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0378-18442002000100003&lng=es&nrm=iso>

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