02 septiembre 2005

Orquídeas: una flor solidaria



Llegar a la residencia de Doña Luisa Ridolfi es penetrar una selva de orquídeas y deleitarse con los aromas y colores de las cientos de Cattleya alba, cattleya luddenmaniana, vanda sanderiana, cattleya violácea, brassi “araña”, phalaenopsis, y tantas otras que plenan su jardín. Nos confiesa que su eterna juventud se debe a ellas.
Doña Luisa integra una de las 14 sociedades de orquideología de los diferentes estados del país y una venida del estado fronterizo Roraima, de Brasil, que cada año se reúnen para deleitar a más de uno en la Exposición Nacional de Orquídeas.

Un arte que es ciencia
En medio de este jardín de orquídeas, el presidente de la Sociedad de Orquideología del Caroní, Jesús Díaz, explica que la orquideología pertenece a una rama de la horticultura, que es un arte dentro de la agricultura tanto para el cultivo de las plantas hortícola –comestibles-, como ornamentales. “Dentro de ésta última se encuentran la floricultura y la orquicultura, que también le llaman orquideología, que no es más que el estudio de una de las familias mas evolucionadas de plantas que existen, dentro del reino vegetal”.
Las orquídeas son plantas con flores que pertenecen a la familia Orchidaseae caracterizada por presentar la mayor variedad de flores que hay. Cuenta con alrededor de 25 mil especies de variados colores y tamaños en todo el mundo.
Díaz aclara que la orquídea exhibe “una serie de elementos evolutivos que conllevan a que sea la más avanzada desde el punto de vista de reproducción, de dispersión en el mundo, de lograr que la polinización de sus partes femeninas y masculinas en base a una serie de elementos que ha ido creando y adaptándo al ambiente para que la puedan polinizar los pájaros, el viento, los insectos, la lluvia”. La orquídea posee unos pseudobulbos o rizomas –especie de tallo, al lado de la hoja- donde conservan los nutrientes, que le permiten contrarrestar el ambiente. “Esto la ayuda a preservar y mantenerse mientras pasa la época más desfavorables para ellas, que es cuando están estresadas”.
Cuando la orquídea se prepara para un nuevo brote, empieza a traslocar todos los elementos viejos de la planta hacia la parte nueva, “con esto logra que la planta aunque no tenga nutrientes en el ambiente pueda ir creciendo más adelante y echar semillas”.

No son parásitas
Con relación al cultivo de las orquídeas, Díaz enfatiza que es distinto al resto de las plantas que se conocen. “Las raíces de la orquídea parecen esponjosas a través del cual absorbe humedad del ambiente y distintos tipos de gases como el nitrógeno, hidrógeno y cuando llegan las lluvias, se deleitan captando otros nutrientes como el potasio, calcio, fósforo”.
El especialista explica que a diferencia de otras plantas, las orquídeas no se dan en tierra, “la mayoría son epífitas, es decir que viven sobre otros árboles, no son parásitas, ellas viven como huésped del árbol a fin de sujetarse de ahí. Ellas toman su alimento del ambiente, tanto del aire como lo que puede escurrirle de las lluvias, pero no están en la tierra. Si tomas una orquídea epífita y la siembras en tierra muchas plantas se mueren porque los hongos dañan sus tejidos”.

Cuidado que requiere observación
Aunque pareciera que hay que dedicarle muchas horas al cuidado de esta planta, el experto en orquídeas comenta que del 100 por ciento de atención que merecen, el 80 por ciento es observación. “Te levantas en la mañana y comienzas a regar tus matas, al observar que una de ellas tiene algo raro, simplemente la apartas, para después cuidarla. En ese riego va incluido fertilizantes, fumigantes, técnicas y trucos especiales”.
Entre los trucos, se encuentra el de la melaza combinada con agua, que siempre aplica Doña Luisa cuando asiste a una exposición o cuando observa que sus orquídeas están marchitas. La melaza le aporta los nutrientes necesarios que contribuyen con su crecimiento.

Apreciada a lo largo de la historia
Las orquídeas han sido admiradas por diferentes civilizaciones. Se sabe que los Chinos cultivaron algunas especies; los griegos las conocían, pues fue Teofrasto, discípulo de Aristóteles quien le dio el nombre de Orquídeas (orchis=testiculo) debido a la forma de sus pseudobulbos. En Venezuela existen entre 2.000 y 3.000 especies de las cuales, una sola representa la flor nacional, conocida como flor de mayo, la cual suele encontrarse a lo largo de la Cordillera de la Costa hasta el monte andino.

Atención en 5 pasos
1.- Luz y sombra: en abundancia, pero no sol directo
2.-Aireación: el movimiento del aire es esencial, en especial cuando aumenta el sol y la temperatura
3.-Riego: en abundancia tanto en el crecimiento como en la floración
4.-Siembra: en potes de arcilla, aunque tienen una alta capacidad de adaptación
5.-Abono: ligero, el de 20-20-20 una vez a la semana y en poca cantidad. Se recomienda fumigar y después lavar la planta.